EL VOTO NULO NO ES TAN NULO

Por.  Lisímaco Velasco.

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En los procesos electorales, cuando se trata de una primera vuelta, es posible que el voto nulo, sea un poco nulo, pero cuando se trata de una segunda vuelta, entre los dos candidatos de mayor votación, el voto nulo no es tan nulo y puede llegar a ser decisivo para entregar el triunfo a uno de los dos contendientes. Los argumentos para anular el voto son variados, desde el más generalizado que es el de “no nos representan”, como si alguna vez en la historia, los elegidos nos habrían representado. En la primera vuelta, del 20 de agosto en el Ecuador, los votos válidos de los 8 candidatos fueron 9’866.000, sumando los votos de los dos primeros en 5’630.000; la diferencia esto es, 4’235.000 son los votos de los otros 6 candidatos y esos son los votos que se encuentran en disputa para la segunda vuelta. La diferencia en la primera vuelta, entre las dos primeras candidaturas fue de un millón de votos. Si la candidatura ganadora de la primera vuelta se lleva de ese banco de votos en disputa 1.5 millones, el segundo candidato, necesita todos los 2.5 millones de votos restantes, solo para empatar. Si de esos posibles 2.5 millones de votos, algunos de ellos anulan, el candidato que ganó en la primera vuelta, tiene asegurado el triunfo en la segunda. Los votos nulos en la segunda vuelta aseguran el triunfo de la candidatura que triunfó en la primera vuelta.






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​El voto nulo es la intención de lavarse las manos, de no asumir una responsabilidad, sea individual o colectiva, o es el temor de ser acusado de votar por la derecha, por quienes no pueden identificar que las dos candidaturas finalistas son de derecha. Por ejemplo, hace unos 10 años que públicamente le vengo pidiendo al Partido Comunista del Ecuador, que se decía ser el partido de la clase obrera, y que fue cooptado por el gobierno de esa década, que mencione una sola ley del correato en beneficio de la clase obrera, hasta ahora están buscando y no encuentran, porque todo lo hicieron en contra de los obreros y trabajadores activos y jubilados, en consecuencia imposible pensar que sean de izquierda, pero siguen aliados con la derecha delincuencial y engañando que eso es izquierda, a cambio de un miserable puesto de asambleísta, que sin representar a nadie, fue entregado a un supuesto militante comunista. Una parte de la propia derecha se encarga de publicitar a través de los medios, que la revolución ciudadana es de izquierda, para así poderle endosar a la izquierda las barbaridades que comete la delincuencia organizada. 

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De manera que la segunda vuelta se define entre dos candidaturas de derecha, la una que explota a través de sus empresas y con ello se llena los bolsillos, y la otra, que como no tiene empresas para explotar, se llena los bolsillos mediante el robo, las coimas, la corrupción, los sobreprecios, la delincuencia organizada, como ya lo conocemos. 

​Después del 15 de octubre, de nada servirá decir yo voté nulo, y para que salgan de dudas les exponemos algunos escenarios con el voto nulo.
1. Si todos los de González y los de Noboa, mantienen la votación de la primera vuelta en la segunda, y si los votos de los otros 6 candidatos, se dividen a partes iguales entre los dos finalistas, esto es 2’118.000 para cada uno, el resultado de la segunda vuelta sería, González 5’433.000 y Noboa 4’433.000, la diferencia igual que en la primera vuelta sería de un millón de votos, pero los porcentajes cambiarían, porque los votos válidos seguirían siendo los mismos. González tendría 55% y Noboa tendría 45%.
2. Si la mitad de los votos de los otros 6 candidatos son votos nulos 2’118.000 y la otra mitad 2’118.000 se reparten entre los dos finalistas a partes iguales, esto es 1’059.000 para cada uno, el resultado de la segunda vuelta sería de González 4’374.000 y Noboa 3’374.000. Igual que en la primera vuelta un millón de votos de diferencia, pero los porcentajes cambiarían porque los votos válidos serían 7’748.000. Entonces tendría González el 56% y Noboa el 44%.
3. Si todos los de González y los de Noboa, mantienen la votación de la primera vuelta en la segunda, y si todos los demás anulamos el voto, el resultado de la segunda vuelta sería de 3’315.000 y de 2’315.000 respectivamente, igual que en la primera vuelta, solo cambiaría el porcentaje, porque los votos válidos sólo de estos dos candidatos serían de 5’630.000, en consecuencia, los votos de González significarían el 59% y los de Noboa el 41% del nuevo universo de votos válidos.

​El mismo número de votos que en la primera vuelta representó el 33%, en la segunda representaría el 59%, porque disminuyó el universo de votos válidos ¿Ahora puede darse cuenta del valor del voto nulo? Resulta que el voto nulo no es tan nulo, el voto nulo asegura que las cosas sigan “como ya lo hicimos” en la primera vuelta. En este caso el voto nulo, no es lavarse las manos, no es independencia, no es ustedes verán por quién votan.

​El voto nulo es tomar partido clara y decididamente por uno de los dos finalistas, los dos de derecha, por quien ocupó el primer lugar en la primera vuelta. Si no se entendió, el voto nulo en la segunda vuelta, es votar por la candidatura ganadora en la primera vuelta, esto es que, el voto nulo es votar por la derecha correista. 

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